Para hacer esta actividad necesitaron un día con sol, folios, lápices de colores y un objeto con forma definida (cuanto más mejor) Al darle la luz del sol este objeto proyectaba una sombra y el juego consistía en hacer que los peques trazaran la silueta del objeto. Una vez que la tenían podían colorearla, ponerle pegatinas, purpurina… lo que su imaginación diera de sí.
Si dejaban el objeto junto a un folio todo el día e iban viendo la sombra a diferentes horas, podrían ver que está iba cambiando de dirección y de tamaño, eso ocurría porque el sol va cambiando de posición en el cielo debido a que la Tierra se mueve (movimiento de rotación).
No hay comentarios:
Publicar un comentario